LaCasi todas las noches nos reuníamos a cultivar la amistad. Los equipos de VHf trabajaban a diario en la frecuencia del Marga Marga 146.300. Allí los radioaficionados arreglábamos el mundo y hablábamos de nuestras cosas de radio, de las familias, de todo lo que podía interesar a personas amigas. El grupo era selecto…jóvenes, adultos y uno que otro viejito que, siempre, recordaba el pasado.-
Y en ese selecto grupo estaba el amigo JUAN CARLOS MUÑOZ SEPULVEDA. Con su conversación locuaz iba llevándonos por los caminos de la literatura o simplemente por senderos de el mundo de las noticias mundiales , que siempre le interesaron. El era Libre pensador y podía comentar una gran diversidad de temas que nosotros escuchábamos con mucha atención.-
El Daniel….el Manolo….el Pancho…el Víctor…el Marcelo…el Alvaro, algunos de sus colegas lo consideraron un muy buen amigo porque nunca se le escuchó alguna palabra soez y su trato siempre era deferente, como debía ser entre amigos de verdad. A sus 64 años de edad y sus 48 años de Radioaficionado, a diario, se convertía en un almanaque de épocas pasadas, Por él conocimos gran parte de la historia de Chile y de la Radioafición.-
Su tono de voz simpático y alegre hacía recuerdos de los tiempos cuando cursó las Humanidades en el Liceo Coeducacional de Quilpué. Como todo joven fue inquieto sintiendo que esos años pasados de estudiante fueron los mas felices de su vida.-
Trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas en Valparaíso. A diario tomaba el metro tren que lo dejaba a media cuadra de las oficinas de telecomunicaciones en el edificio de la Intendencia. Su trabajo lo llevó a conocer Robinson Crusoe y otros lugares del país.-
Decía que desde el tren veía las antenas de los radioaficionados que vivían cerca de la línea férrea y era el primero en saber la nueva cuando alguno de esos colegas hacía nuevas instalaciones.-
El destino dispuso que se casara con una señorita de Villa Alemana. Prendado de sus encanto casó con Doña Olga Witti conocida en el ambiente de la radioafición porque era familiar de un colega. De ese matrimonio nacieron María Esther, Lorena y Nataly sus muy queridas hijas .
Un día, mientras dormía plácidamente, dejó este mundo para reunirse con lo desconocido. Entonces, se apagaron las luces de su Shack y los radioaficionados conocieron la noticia que viajó por cerros, ciudades, países y sus portadoras echadas al viento cubrieron el cielo con sus llantos lastimeros, pidiendo a Dios por su alma.-
Indudablemente fue un día muy triste para todos nosotros, sus amigos. Inmediatamente quisimos acompañar a su esposa e hijas en ese fatídico trance y sentimos el dolor de ellas. Una palabra de aliento, de amistad, siempre hace bien. El Manolo y el Daniel estuvieron con ellas muy temprano, representando, de alguna forma, a todos nosotros que estábamos muy impactados por la triste noticia.-
Aun cuando hace mas de dos años que partió de este mundo, el grupo de Radioaficionados “ Marga Marga, siempre lo recuerda con cariño.-
Y en ese selecto grupo estaba el amigo JUAN CARLOS MUÑOZ SEPULVEDA. Con su conversación locuaz iba llevándonos por los caminos de la literatura o simplemente por senderos de el mundo de las noticias mundiales , que siempre le interesaron. El era Libre pensador y podía comentar una gran diversidad de temas que nosotros escuchábamos con mucha atención.-
El Daniel….el Manolo….el Pancho…el Víctor…el Marcelo…el Alvaro, algunos de sus colegas lo consideraron un muy buen amigo porque nunca se le escuchó alguna palabra soez y su trato siempre era deferente, como debía ser entre amigos de verdad. A sus 64 años de edad y sus 48 años de Radioaficionado, a diario, se convertía en un almanaque de épocas pasadas, Por él conocimos gran parte de la historia de Chile y de la Radioafición.-
Su tono de voz simpático y alegre hacía recuerdos de los tiempos cuando cursó las Humanidades en el Liceo Coeducacional de Quilpué. Como todo joven fue inquieto sintiendo que esos años pasados de estudiante fueron los mas felices de su vida.-
Trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas en Valparaíso. A diario tomaba el metro tren que lo dejaba a media cuadra de las oficinas de telecomunicaciones en el edificio de la Intendencia. Su trabajo lo llevó a conocer Robinson Crusoe y otros lugares del país.-
Decía que desde el tren veía las antenas de los radioaficionados que vivían cerca de la línea férrea y era el primero en saber la nueva cuando alguno de esos colegas hacía nuevas instalaciones.-
El destino dispuso que se casara con una señorita de Villa Alemana. Prendado de sus encanto casó con Doña Olga Witti conocida en el ambiente de la radioafición porque era familiar de un colega. De ese matrimonio nacieron María Esther, Lorena y Nataly sus muy queridas hijas .
Un día, mientras dormía plácidamente, dejó este mundo para reunirse con lo desconocido. Entonces, se apagaron las luces de su Shack y los radioaficionados conocieron la noticia que viajó por cerros, ciudades, países y sus portadoras echadas al viento cubrieron el cielo con sus llantos lastimeros, pidiendo a Dios por su alma.-
Indudablemente fue un día muy triste para todos nosotros, sus amigos. Inmediatamente quisimos acompañar a su esposa e hijas en ese fatídico trance y sentimos el dolor de ellas. Una palabra de aliento, de amistad, siempre hace bien. El Manolo y el Daniel estuvieron con ellas muy temprano, representando, de alguna forma, a todos nosotros que estábamos muy impactados por la triste noticia.-
Aun cuando hace mas de dos años que partió de este mundo, el grupo de Radioaficionados “ Marga Marga, siempre lo recuerda con cariño.-
